Vaya por delante que el personal es agradabilísimo y tomarse algo a los pies de la mezquita es un punto, pero hay veces en las que hay escribir cosas poco gratificantes pese a ello.
Esa tortilla no vale la fama que se ha cobrado. No vale esas colas. Es mi opinión.
No esperen una tortilla como la de Betanzos, poco cuajada, cremosa y en su punto. Ni mucho menos la tortilla que les hacen sus madres o abuelas.
Es una tortilla cuya única singularidad es tener un espesor de casi 10 cm, lo cual solo puede suponer un hándicap: que este muy hecha y poco sabrosa.
Las tortillas son un mundo, cierto. Habrá a quien le guste así, pero servidor no la pondría ni entre las 500 mejores que ha probado. Es una tortilla muy normalita en términos objetivos.
Se lo dice alguien que lleva comiendo pinchos de tortilla por toda España desde hace más de 30 años.
Lo siento por el personal que insisto, es encantador, pero la tortilla es uno de los símbolos de nuestra gastronomía y entronizar esta ante millones de turistas de todo el mundo sabe mal a quien de verdad apreciamos una buena tortilla de patata.