En ocasiones no entiendo como pueden existir hoteles con 5 estrellas o catalogados como hoteles boutique, si no cuentan con mínimas cosas como un buen colchón para un descanso necesario, unas buenas almohadas..
Mi habitación era bonita, pero sin ningún detalle 5 estrellas.. La cama ni era precisamente cómoda, tampoco era grande, (auqnue elegimos la habitación superior y no la básica.. Me parece que no existe diferencia). Las almohadas eran viejas e incómodas,el aire acondicionado no servía, incluso dormimos mejor con la ventana abierta. No tubieron ningún detalle a nuestra llegada, de hecho recibimos la habitación después de las 18:00. No te ofrecen botellas de agua complementarias como pequeño detalle de bienvenida. Las toallas no eran iguales... Es decir blancas, pero de distinto material y tamaño. Los amenities eran pobres y básicos de ninguna marca en concreto. El desyuno no estaba mal, pero me parece que el personal era tan simpático que hacía que el buffet simple pareciera mejor. Los puntos positivos a este hotel fueron la ubicación, cercana a casi todo, en una zona tranquila de Bilbao y que el hotel físicamente tiene un encanto decadente. No recomiendo este sitio como un 5 estrellas.. Pero si lo recomiendo para pasar un par de noches teniendo en cuenta que es un sitio muy nomalito. Por cierto, ojo con los somiers rotos, y el techo de los armarios que se caen, por que están rotos.