Durante 3 noches nos alojamos en este pequeño hotel de 11 habitaciones ubicado en el bonito barrio de Vegueta, en las Palmas de Gran Canaria.
Cuando encuentras el tipo de hotel que te gusta, el viaje se hace más placentero, y a nosotros nos encanta el trato personal y con gusto que recibes en lugares como este.
Paco y Alexandra, y todo su equipo, nos trataron con un gusto exquisito, acertando en todas las recomendaciones que recibimos.
El hotel, ubicado en una antigua casa colonial, y reformado con mucho gusto, es ideal para desconectar de todo. Destacamos su estilo y decoración, su piscina (pequeña pero preciosa con vistas a la Catedral) y su excelente desayuno. Cada mañana era un placer empezar el día con tranquilidad y su variedad de platos dulces y salados.
La habitación era amplia y confortable, de decoración sencilla pero muy agradable.
El lavabo también amplio y moderno, disponía de ducha, y quizás, por poner un pero, no somos muy fans de los lavabos separados por paredes de cristal.
Disponen de wifi gratuito, sala de lectura y terraza.
Las habitaciones de la planta baja (donde nos alojamos nosotros) estan muy cerca de la sala de desayuno. Aunque estan bien insonorizadas, a partir de les 8h empieza el sevicio y es fácil escuchar a otros huéspedes desayunando. Aconsejamos las de la planta superior si se tiene intención de levantarse tarde para evitar ruidos. En nuestro caso, no nos importó, ya que preferimos madrugar.
Sin duda, volveríamos a hospedarnos en el mismo hotel si volvemos a Gran Canaria