Me llevaron mis padres a este restaurante pensando q disfrutaríamos de la
Noche y fue todo lo contrario.
Reservamos la noche antes pidiendo una mesa en la terraza, cuando llegamos al día siguiente tuvimos que esperar en la planta de abajo un rato, luego nos subieron y arriba también tuvimos que esperar otro rato.
Cuando se aclaran más o menos, nos dan una mesa pequeña a los tres. Al decir q creemos que es pequeña nos dice el camarero que no, q ahí comemos bien los tres... de repente aparece el q dice ser el dueño o encargado, un chico moreno con colita, y lo soluciona poniendo otra mesa... la cosa ya pintaba regular...
nos toman nota y tras 1 hora y media no nos llega ninguno de los platos principales q habíamos pedido... mientras a todo esto el dicho encargado dueño o no se sabe q paseándose por ls mesas con la mascarilla en la barbilla (boca y nariz al descubierto) y pendiente sólo de las mesas de amigos que tenían por allí.
En conclusión una experiencia pra olvidar, no volver y sobretodo no recomendar.
Lo q comimos, un pan de ajo(quemados y muy grasos), unas tostadas con tomate natural, un queso frito (medio desechos y q no valían nada) y unos aguacates (verdes y duros) con 3 gambas y salsa rosa...
la lasaña y la pizza ni la olimos después de la hora y media decidimos pedir la cuenta e irnos.
Verdaderamente no se puede decir que esto sea un restaurante