Fuimos guiados por nuestro gusto por la comida libanesa y las opiniones de TripAdvisor, el resumen es que, si volvemos a Bruselas, repetiremos sin duda.
Un domingo de gran afluencia se gente, tuvimos suerte de coger mesa nada más llegar sobre las 14.30, aunque en ese momento no tengáis ninguna libre, son muy ágiles y atentos. A mediodía dan comidas de forma ininterrumpida.
Tomamos para compartir un plato mix compuesto por cuatro entrantes fríos de los que disponen, unos catorce y dos segundos, elegimos pollo y falafel (dos unidades de este último). Además pedimos dos brochetas, una de salchichas libanesas y de ternera. Todo acompañado por dos cervezas libanesas muy suaves, parecían cerveza con gaseosa, y un pequeño postre para compartir.
No llego a 30 euros. Comida muy sabrosa servida por gente superamable. Local agradable sin mas, con gusto, pero pequeño. Decir también que las mesas están muy juntas. También take away.