Llegamos a pasar un fin de semana a este lugar.
Al llegar nadie estaba en el mesòn de recepción y tuvimos que esperar que alguien se dignara a preguntarnos y pasarnos las lleves de nuestra habitación de mala gana.
Al entrar a la habitación nos encontramos con que eran muchísimo mas chicas de lo que se ven en las fotografías.
La calefacción central apagada, y te dejan una estufa eléctrica ordinaria que debes prender tu, en pleno invierno.
Las instalaciones no tienen nada, una cancha de paddle, es lo ùnico atractivo del lugar.
No hay ningún rincón cuidado, todos los lugares sin calefacción y poco adecuados.
Comimos en el restaurante, nada especial.
Pedimos una botella de vino, que en el mercado tiene un valor de 5 dólares y nos cobraron 20, un robo.
Preguntamos a que hora se servia el desayuno al otro dìa.
Nos contestaron que desde las 9 am estaría disponible.
Al otro dia al levantarnos a las 9:30 todavia no habìa desayuno disponible.
Luego de insistir por telefono con la persona encargada, aparece un cocinero de mala gana. El desayuno es horrible.
Un pastel añejo, comprado. Pan añejo recalentado, huevos pasados de cocción, cafe instantáneo, fruta de conserva. Un DESASTRE.
Habíamos pagado dos noches, con el frio que pasamos mis hijos se resfriaron.
Decidimos volver a nuestra casa.
La dueña del hotel quedo en abonarnos la segunda noche que pagamos.
Ha pasado una semana y todavia estamos esperando su abono.
Intentamos llamar y nos cortan los telefonos.
Son ESTAFADORES.