Al entrar al lugar, da gusto: todo limpio y ordenado. Visité el restaurant para almorzar. La atención es muy buena, un mozo encargado de traer el pan con pebre y mantequilla, otro que toma nota de los bebestibles, y otro a cargo de tomar nota de los platos. Si bien, la atención es muy buena, hubo tardanza en la llegada de los platos. Tiempo durante el cual no se sirvió ningún pan adicional para aminorar la espera. Llegó mucha gente y quizás eso hizo que los platos tardaran en llegar. La comida muy rica, platos contundentes incluso el de niños. Los helados, de preparación propia, buenos también. El comedor es bastante amplio, un poco caluroso si se trata de un día de sol, pero definitivamente recomendable: hay estacionamiento, la micro llega y sale en la puerta del hotel. Relación precio calidad,proporcional. No tengo certeza si uno tiene derecho a la piscina una vez que almuerza, pero de lo que sí estoy segura es que los platos son grandes y muy sabrosos.