El restaurante tiene una buena atención. El ambiente es agradable. Personalmente, pedí un fetuccini quechua, la presentación del plato me gustó bastante, al saborearlo las primeras veces la grasa/aceite le otorgaba muy buena palatabilidad, sin embrago, en los últimos bocados, el paladar no se limpiaba y la oleosidad se acumulaba, resultando empalagoso. Recomendaría disminuir un poco el aceite agregado a los fetuccini.
Adicionalmente consumí una limonada menta-jengibre, estaba muy rica 😋
Definitivamente, volvería a este restaurante, me gusto mucho.