El sitio prometía.
Menú de 25€ con todos los platos muy tentadores (judiones, sopa castellana, chuletón, cordero, secreto a la parrilla...). Pero fue un desastre.
45 minutos de reloj sentados en la mesa hasta que nos tomaron nota. Una única camarera para muchas mesas en la terraza, desbordada por completo.
Cuando por fin llegaron los platos, los primeros flojos y más bien fríos. Los segundos fríos por completo.
El postre lo trajeron cuando ya nos habíamos tomado el café.
Viendo la calidad de los platos, el precio debería ser unos 15€, siendo generoso y por ser fin de semana.

Ojo! Ahora se llama la casa vieja de Baztán...
La comida regular ( berenjenas no crujientes, fabada aguada, sopa regular...) y no es barata! La carne está rica, pero el chuletón de 600gr había adelgazado...
Pero el mayor problema es el servicio. La camarera, ENCANTADORA! pero imposible atender a toda una terraza ella sola. Es una vergüenza que, con las CCAA cerradas, que TODOS los madrileños nos movemos en los pueblos cercanos, el dueño no sea capaz de gastar en el sueldo de otro camarero para la terraza y también otro para los salones. Se estará forrando, eso sí! Este famoso restaurante no creo que tenga problemas de dinero para mejorar el servicio. Teníamos reservada la mesa para las 14:45 y nos trajeron el primer plato a las 15:45, UNA HORA DESPUÉS! y el vino cuando ya nos habíamos comido el primer plato! El segundo plato, media hora después del primero. Y los postres 45’ después del segundo plato!!!!!! Una pena, la verdad, que con el potencial de personal que tiene el sitio, no lo sepan aprovechar contratando mas gente para los fines de semana y organizándolo mejor, xq supongo que en la cocina tampoco irán sobrados!!! Y, por cierto, a qué hora terminan los trabajadores??? Dudo que sea a la que tienen en contrato...

La comida normalita y cara, tardan mucho en atenderte, entre un plato y otro tardan una hora, sólo hay dos camareras para todo el restaurante y ellas no tienen la culpa de que funcionen el sitio tan mal.

Es una pesadilla en todos los aspectos.

La gente que está sentada se queja con razón de la tardanza y mucha gente se sienta y al no atenderla se marcha del restaurante sin comer nada.

En dia de diario esta claro que es un gusto disfrutar de un menu de 10€ estupendo en pleno centro, con la bonita vista del Palacio y la Iglesia. Personal muy amable.

Estuve el viernes con mi pareja y muy bien. Se ve que ha cambiado de gerente y todo muy bien. La comida muy buena, bien servido y rápido. El sitio es una gozada, repetiremos seguro!