Comimos en la terraza y la verdad es que el entorno es precioso. También podía comerse en el interior, pero el día invitaba a la terraza. La comida muy bien elaborada y con buenos materiales, con platos típicos eslovenos y otros de nueva factura. El servicio de 10: rápidos, amables y pendientes de ti en todo momento. Y todo ello a un precio muy razonable.
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