El lugar está pegado al cerro cristal, sobre el brazo rico y cerca del glaciar perito moreno. Es una estancia muy antigua y con historia. Las actividades son muy buenas, esquila de ovejas, cabalgatas, arreo de ganado y varios senderos de traking con puntos panorámicos y bosques de lengas. No falta nada, las habitaciones son cómodas, amplías y bien de campo. Tiene un quincho dónde se sirve almuerzo y cena, en la noche que nos tocó el cordero estaba bien pero era poco, por lo que se cobra debería haber sido mejor, el desayuno simple. Nos fuimos hacer traking y nos dieron viandas. La atención es cordial, hablan inglés. Gran experiencia de campo en un lugar único.