Es un hotel muy bonito, la atención es muy muy buena, en todo momento están al pendiente de lo que pudieras necesitar como agua, lavandería, informes... todo el personal muy amables y el tour de snorkel que contratamos estuvo padrísimo.
Te sientes en un mini pueblo dentro del hotel, hay tiendita de chocolate, un café (delicioso todo lo que preparan), salon de belleza, spa, restaurante de sushi, bar, puestos de comida de personas locales que se integran a las instalaciones.
La playa privada está a 10 minutos en bote, te llevan desde el muelle del hotel, está muy bonita y cocinan delicioso los chicos de la playa y también super amables.
Las actividades son abiertas no solo a los huéspedes eso me encantó, como la noche de cine que al final rifan servicios del hotel. Vale mucho la pena.!!
Aconsejo rentar un carrito de golf ya sea dentro del hotel o fuera (mas barato) para que te puedas mover fácilmente por la Isla y dentro de las instalaciones del Mahogany.
Definitivamente regreso.