El hotel es muy bueno, un cinco estrellas pequeñito y acogedor, con un toque familiar. Muy buena atención.
La habitación era magnífica, con dos queen bed perfectas para una familia como nosotros. Impecable.
El baño era pequeño y sólo con ducha, pero estaba muy bien.
El wifi era muy bueno.
La zona de piscina también estaba bien, pequeñita pero suficiente.
Lo peor, la ubicación. Está a 10 minutos caminando de la gran mezquita y de la estación de autobuses, pero queda en medio de 3 calles enormes (tipo autopistas, como todas en Bandar) y no hay manera de llegar hasta él caminando sin saltar vallas y cruzar sin semáforo autopistas de varios carriles. Todo Bandar es así, sin semáforos para peatones, ni pasos para cruzar, con autopistas en lugar de calles, vaya, horrible para ir andando, así que la ubicación del hotel no es una excepción.Más
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