Da pena hacer una mala crítica de este hotel, porque la parte humana y la atención de todo el personal es muy buena. Pero lamentablemente las habitaciones dejan muchísimo que desear, y lo que es peor, están muy sucias. Todo anticuado y roto (la puerta del mueble del minibar se cayó nada más abrirla), puerta de baño que no cierra, ventanas que no aíslan del incansable ruido del tráfico, colchón no muy cómodo, muy mal olor en el cuarto de baño... Y todo rodeado de suciedad: cristales que no se sabe cuándo fue la última vez que se limpiaron, cortinas medio negras, polvo por todas partes, paredes sucias, etc... Wifi bastante lento y teniendo que conectarse cada poco y desayuno y restaurantes bastante normales. El resto de instalaciones no sé cómo serán. Ojalá lo renueven pronto (y todo esté limpio).