El lugar es realmente bello. Tiene para pasear, juegos de niños y una tiendita para comprar productos de la zona.

La comida estaba muy rica! Solo tienen una opción que no es carne; un salmón que estaba mortal. Recomiendo el buffet, básicamente todo lo que puedas comer en carne; chancho, pollo, cordero, etc. Mi pareja es carnívoro y salió muy contento.

El lugar estaba lleno y la atención no fue la mejor, no se le podían pedir cosas a alguien mas que no fuera tu mesero (quien estaba MUY ocupado), y eso fue una lastima. El pisco sour no estaba muy rico y a mi me llegó muy poco.

Mala la comida, la crema de zapallo fría, la carne del buffet (cerdo y cordero) sin sabor. El cordero tenía mal sabor y era puro hueso.

Caro y malo.

Pésima experiencia. Teníamos reserva para almuerzo. Nos atendieron 1 hora después cuando el restaurant estaba casi desocupado. El personal y dueño del lugar no tenían ningún interés en ser amables con nosotros. Sin calefacción adecuada (estufas apagadas), faltaron platos que pedimos, nadie nos explicó que los platos tenían entrada y postre, bebidas de máquina sin gas. Este solía ser uno de mis lugares favoritos para ir a almorzar con mi familia por el entorno, calidez del lugar y buenísima comida. Claramente esta fue mi última vez.

Habíamos venido otras veces pero nunca habíamos tenido una experiencia TAN MALA.

teníamos reserva a las 16.00. Llegamos a las 15.55, recién a las 16.30 nos atendieron y a las 17.00 recién comimos una ensalada, los platos de fondo no llegaron hasta las 17.20

La Garzona y el anfitrión nos atendieron PESIMO

La bebida no tenía gas

El lugar estaba MUY helado y habían estufas apagadas que no ofrecieron pese a nuestra petición.

Se les olvidó comandar un plato, por lo que tuvimos que esperar más tiempo para que nos trajeran uno diferente (de menor tiempo de preparación)

Definitivamente no volvemos

Teníamos bastantes expectativas pues habíamos visto fotos en instagram y revisado la página web a través de la cuál reservamos mesa.
El lugar tiene una vista muy bonita y es del estilo rústico que uno espera del sur, el baño está relativamente bien, la tienda tiene varios productos de la zona pero mezlca con otros productos de minimarket.
Lamentablemente solo se podía estar en terraza por situación covid. El personal que atendía las mesas usaba mascarilla, y los cubiertos vienen en bosa de papel, pero las mesas y sillas se ven sucias, mobiliario en regular estado que no tiene que ver con el espacio.
La comida bastante cara para lo que es, probamos el plato alemán que estaba demasiado salado, recocido y un poco frio, pedimos una copa de vino y no había opción aparte del de la casa, apenas lo probamos, muy mala calidad.
La cerveza artesanal local Klagges es lo único recomendable.