Como muchos que comentan acá soy cliente desde que se inauguró el restaurante y siempre me llevé una buena experiencia aun cuando ya en los últimos años dejaron de servir jabalí. Claramente ya no era lo mismo pero seguían conservando el sistema tenedor libre de siempre, con variedad de productos, entradas, encurtidos, variedad de carnes, embutidos, ensaladas y ricos acompañamientos. Lamentablemente ya nada de eso existe. Entiendo que la pandemia los afectó como a muchos del mismo rubro, pero eso no tendría porqué empobrecer la calidad del servicio, de la atención. Lo único que no bajó son los precios, que al revés, subieron pero para ofrecer un servicio de poca calidad. La idea de poner en un plato todo lo que te quepa es mala, a mi hija le llenaron el plato de arroz y carne mechada y eso seria por 16 mil pesos o poco mas y ni siquiera estaba bien preparada. Yo tuve que preguntar por la carne porque la tienen “escondida” ( al menos ese día) , el chef de mala gana volvió con un trozo de cerdo y cordero, el cual estaba frio. Le pedi una longaniza y una prieta y me dieron la mitad de la longaniza ( miniatura) Del resto nada que dieran ganas de comer, la ensalada de repollo (coleslaw) estuvo ok, pero es la misma que uno prepara en su casa. Dias antes pedimos para llevar un pollo asado que llegó crudo y con un pelo. Jamás pensé que la calidad bajaría tanto. Por último nos dimos cuenta que el restaurante ahora se dedica a dar colisiones a trabajadores lo cual me parece excelente, pero evidentemente no se condice con un restaurante de la categoría y reputación que alguna vez tuvo. Sinceramente espero que estas críticas las tomen de la mejor manera y vuelvan a ser lo que alguna vez fueron ya que me duele tener que escribir todo esto y me encantaría poder volver como lo hacia cada año a disfrutar de ese hermoso lugar.