Fuimos para celebrar nuestro aniversario, eligiendo este hotel para aprovechar las vistas del lago, piscina y el spa. Para nuestra sorpresa el spa estaba cerrado y en ningún momento se nos avisó de esto (solo una vez habiendo llegado al hotel). Y no pudimos utilizarlo ningún día. Quisimos darnos un masaje y tampoco tenían 2 terapeutas para hacer sesiones simultáneas.

Además, muy poco personal: 20 min de espera en check in y check out, más de 25 min de espera para que nos pasaran nuestro auto, más de 30 min de espera por cambio de toallas (sin mencionar que después nos tocaron el timbre a las 12 de la noche cuando las habíamos solicitado a las 9), espera para mesa disponible para el desayuno (y platos y cubiertos).. y eso que fuimos en marzo y con alerta de volcán (por ende ni si quiera con temporada alta).

Lo bueno a destacar: la cercanía, la vista del lago, la piscina exterior. El desayuno también era variado, pero la repostería no era tan rica ´(harta variedad pero bastante básica).

El hotel podría tener mucho potencial y ser excelente en todo sentido si no descuidaran estos detalles. No sé si será así todo el año, pero por lo menos así fue el fin de semana que yo lo visité (mediados de marzo 2015).