El hotel es sencillo pero muy cómodo, las piezas de tamaño adecuado, camas en buena forma; el desayuno, sino abundante, justo lo que necesita para empezar el día, había un Küchen de miga exquisito.
El acceso al hotel es dificultoso, está en subida pronunciada, para llegar en auto hay que detenerse en una curva, lo mismo para entrar al estacionamiento, y para los que andamos a pie, es igual de incómodo porque no hay veredas y la calle es concurrida, por una escalera se llega en menos de 10 minutos al centro.
La atención muy cordial y muy atenta.