Me encanta, que puedo decir, si bien tuvimos una larga espera para ingresar, cada minuto valió la pena. El ambiente del bistrot es agradable, la atención muy dedicada, tienen buen vino y que decir de su comida..una delicia sus fettucine a la carbonara, su confit su canard… en realidad todo 100% recomendable.

Había venido varias veces a este restaurante antes de la pandemia, siempre con una experiencia formidable, por lo que quisimos con mi familia irnos a la segura para almorzar. Llegamos y la anfitriona fue muy amable, nos acomodó el coche de nuestra peque y nos guiaron a una mesa, pero la buena experiencia llegó hasta allí. Partimos pidiendo los choritos, papas fritas, más una copa de chardonnay y una de pinot noir. La temperatura los vinos llegaron muy tibios, las papas fritas recalentadas (latigudas), y muchos de los choritos cerrados. Comimos un poco y decidimos terminar el almuerzo en otro lado, pero costó que fuesen a la mesa. Pagamos y nos fuimos, nadie nos pregunto siquiera si había estado todo bien. Qué decepción, ojalá vuelva a ser lo de antes.

Buena comida, abundante, buen sabor, la crème brûlee estaba deliciosa y generosa, la atención fue delicada atenta sin estar encima. Música algo ruidosa, vino frío y un poco caro

Como siempre un muy buen restaurant, con porciones contundentes, sabrosas, bien preparadas, limpio. Bien atendido.

Solo cosas buenas, manuel fue un espectacular mozo.. apesar de que estaba lleno, la atencion de lujo ; la comida estuvo maravillosa!!!!! Todo desde el picoteo hasta los postres….. volveré de todas maneras.
Gracias!!!!!!!