Alojamos con mi marido por dos días, en pleno verano y temporada alta. Pésimo el servicio. Las luces del baño del primer piso estaban apagadas, lo que impedía el uso. Despertamos de los portazos de las mucamas. Nos abrieron la pieza están nosotros adentro durmiendo. Y el broche de oro fue el desayuno. Llegamos a las 10:15 faltando 15 minutos para el cierre y de entrada una persona que atendía nos dice en tono mal educado que quedaban 10 minutos porque ya iban a cerrar. Mientras desayunábamos, vemos a 5 mozos armando un desayuno grupal para personal del hotel, sacando las cosas para comer en paralelo a los pasajeros. Vimos pasar los café, los jugos, los platos de fruta. Habiendo espacios desocupados fuera del salón, no nos pareció prudente que fuera al mismo tiempo que el servicio de desayuno. Sacaron los últimos panes que quedaban cuando aún había gente desayunando. Adjunto la foto