Tomamos un vuelo nocturno a Santiago, llegando después de la medianoche. Al entrar en el hotel, la recepcionista, Franco, nos informó desdeñosamente que el hotel estaba lleno y no podía localizar nuestra reserva. Mostré mi confirmación y mi número de reserva a través de Booking.com, y la única respuesta que recibimos fue que no había reserva, y él no podía explicar por qué. Después de intentar sin éxito encontrar una habitación en otro hotel de la misma cadena, renunció a resolver el problema y fue a otra habitación, ordenándonos resolver el problema por la mañana con el departamento de reservas. Afortunadamente, el portero notó nuestra angustia y, con simpatía, nos ayudó a encontrar otro hotel, llamó y consiguió una habitación cerca, y nos ayudó con nuestras maletas y Uber.