El hotel tiene mucho encanto y la habitación una terraza y unas vistas espectaculares. El personal es atento y amable. Solo nos pareció que el desayuno estaba mal organizado: te traen un menú de frutas, embutidos y bollería a la mesa (lo quieras o no) y luego puedes pedir tortilla o huevos. Nos dio la sensación de que la voluntad de dar un servicio exclusivo (atención personal) redundaba en un peor servicio (lentitud y desorden). Luego, con una inversión en un colchón más actual le daría el 5.