Íbamos con las expectativas bajas, esperando encontrar un sitio muy turístico, pero como queríamos ver los bailes típicos decidimos darle una oportunidad. El resultado fue una velada divertida, cenando bien y teniendo el gusto de ver gente local bailando con las cantantes después de terminar el espectáculo de danza.
Es cierto que es turístico (llegó un bus que llenó una mesa de 20 en la que todos cenaron lo mismo y estaba servida con los primeros de ensalada de antemano), pero también van muchos búlgaros a celebrar. La noche que fuimos habían dos familias de unas 10-15 personas cada una festejando dos cumpleaños. Según nos explicaron en el hotel las danzas típicas se bailan en celebraciones, bodas, etc. y como el Chevermeto es amplio, si se tiene la suerte de coincidir con búlgaros que estén de festejos, es muy cálido el ambiente.
La comida estaba buena (no excelente), con raciones abundantes. El servicio no es de los más veloces, pero no se equivocan. El cordero no era de los mejores, pero el resto de los platos estaban muy bien y la tarta de leche sabrosa. Se paga un suplemento de 3-4 levs por ver el espectáculo.