Fui por trabajo y la estadía fue muy acogedora, una casa preciosa, atendida por su propio dueño, una persona muy cordial y atento a todos los requerimientos que podríamos tener. Camas muy cómodas, habitaciones espaciosas y disponibilidad para usar todos los espacios de la casa. Terraza con hermosa vista a la ciudad y ubicada en un sector accesible, con mucha historia y arquitectura muy interesante (sobre todo la conexión entre las terrazas). Un punto importante es que los baños y las habitaciones suelen ponerse un poco frías en épocas de invierno (por ser una casa grande) pero existe accesibilidad a calefacción mediante una estufa. Además sería bueno que se dispusiera de percheros en las habitaciones para colgar ropa de uso diario (además de los armarios que ya tienen)
La independencia que otorga el dueño de la casa es otro punto que me gustaría recalcar. Sin duda, recomendable y volvería feliz.