Mi nombre es Alejandro Pardo, me casé el pasado 5 de diciembre y con más de un mes y medio de anticipación había reservado dos noches en el Sheraton Miramar, esperando tener una breve pero atesorada luna de miel en el, supuestamente, mejor hotel de Viña del Mar.
Contrario a nuestras expectativas, el Hotel aparentemente hizo todos los esfuerzos para arruinar nuestro viaje. El día siguiente al matrimonio, cerca de las 12:00 (cuando nos arreglábamos para salir de Santiago a Viña) nos llama un ejecutivo "invitándonos" a no ir al Hotel por tener "ciertos problemas" que no quisieron explicar. Como les dije que era mi luna de miel, retiraron lo dicho y nos dijeron que nos esperaban con gusto.
Llegamos al Hotel a las 16:00 aproximadamente -el check in era desde las 15:00- no obstante, no tenían la pieza lista y nos dijeron que volvieramos en 20 minutos. Al volver, nos dijeron que la pieza no estaría lista en menos de una hora. Finalmente nos entregaron la pieza a las 19:00 pero con la salvedad de que no era la pieza reservada sino que una con dos camas de una plaza y media cada una. Nos lo advirtieron ofreciéndonos cambiarnos de pieza para la segunda noche.
Para compensar todo lo anterior, nos ofrecieron una cena en el Restaurant del Hotel, a la cual asistimos pero cuando nos dimos cuenta que nisiquiera podíamos elegir el menú, se colmó nuestra paciencia y decidimos irnos de ese lugar y buscar otro alojamiento.