Increíble experiencia, disfrutamos cada minuto que estuvimos en el hotel. Atendida por sus propios dueños, una familia que te hace sentir en casa.
Consideraron nuestras restricciones alimentarias para el desayuno, sólo esperábamos que nos calentaran el pan sin gluten que trajimos nosotros, sin embargo, nos sorprendieron todos los días con más cosas para complementar el desayuno sin gluten, de verdad muy lindo gesto, no lo esperábamos y todo exquisito!
Las habitaciones perfectas, temperatura, luz, comodidades, decoración, cama, baño. Nada que decir!
En la noche puedes comer ahí mismo, felicitaciones al chef! La comida y el calafate sour excelente!
Para que hablar del entorno, paisaje, es tal cual se ve en las fotos. Un paraíso.
Gracias por una semana increíble!!