Hospedaje Sandra atendido por la señora Mirna, con alegría y diligencia. Hace que te sientas como en casa. La señora te aconseja con viajes y lugares, si lo precisas. Hogar familiar, reconvertido en alojamiento turístico. Parece que estás en casa de los abuelos. Con un toque antiguo y un poco descuidado. Quizá falto de detalles y limpieza, pero con lo necesario para una buena estadía. Desayuno básico. Agua muy caliente en la ducha y buena calefacción, cosa que se agradecen en el frío del lugar. Wifi muy bueno.
Un poco alejado del centro, pero nada que no salve un buen paseo.
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