Alojé por segunda vez en el Capitán Eberhard y no ha cambiado mucho en 10 años. Muy buena ubicación en plena costanera y no lejos del centro, linda vista desde el comedor (sólo es para desayunar) y desde el salón del segundo piso. Personal muy amable, muy buena calefacción (casi excesiva la primera noche), habitaciones muy limpias, el baño pequeño, y desayuno modesto con jugos, queso, jamón y huevos. Las paredes delgadas (me pidieron que bajara el volumen del televisor). No tiene gran lujo pero cumple su cometido y da para volver.
- Wi-Fi gratis
- Estacionamiento gratis
- Restaurante
- Bar/Salón