Es un pequeño hotel construido en una casa de dos pisos de diseño minimalista. Ninguna de las habitaciones cuenta con televisión o cajilla de seguridad. El ingreso a las habitaciones es con llave y no con tarjeta.

Al ser una casa pequeña se siente el ruido de las maletas cuando ingresa/sale un huésped (por lo menos en la planta baja donde se encontraba mi habitación).

El desayuno es jugo de naranja, granola casera, fruta, yogurt, tortillas integrales, quesillo, aguacate, mermelada de frambuesa casera, té y café orgánico. Todos los alimentos frescos, bien presentados y de buen sabor. Tener presente que este es el principal tipo de desayuno que provee el hotel si piensas quedarte varias noches.

El hotel está ubicado a 15 minutos caminando desde el centro. Tomar un taxi desde el mismo centro tiene un valor aprox. de USD$2 hasta el hotel. El sector donde se ubica es principalmente residencial pero todo el comercio está cerca.

Los principales aspectos a resaltar son la calidez y amabilidad del servicio. El personal se esmera en brindar un trato excepcional al huésped. Son flexibles en las horas de check in y check out lo cual es muy útil.

La mejor decisión haber escogido este hotel! Un lugar precioso, tranquilo, cálido, con una ambientación pensada para relajarse y descansar. La atención de todos es extraordinaria, pero en especial de Juanita. El desayuno preparado con todo fresco y natural es delicioso. Definitivamente un lugar donde nos encantaría volver y que recomendamos a quienes quieran vivir lo mejor de Punta Arenas.

Como siempre, al término de una campaña de verano en Tierra del Fuego, terminamos en Ilaia. Hace bien. Cálida recepción, habitación muy cómoda con amplia cama, desayuno exquisito y ... mucho amor. Es la mejor forma de terminar nuestros viajes a TDF.