Nos quedamos en el Hotel un fin de semana. Fue una experiencia inolvidable. El hotel es atendido por sus dueños, muy cálidos y serviciales.
La arquitectura y la decoración son espectaculares, se nota que pensaron en cada detalle. Las habitaciones con muy lindas, y los lugares en común muy cómodos.
No tuvimos la suerte de probar la comida francesa, pero todos los huéspedes del hotel estaban fascinados, para la próxima vez que volvamos es una experiencia que quedo pendiente.
El desayuno muy rico, y el personal muy atento y muy profesional.
Es un lugar tranquilo, silencioso, que te deja disfrutar. Con rincones mágicos.
Volvemos seguro!Más
- Wi-Fi gratis
- Estacionamiento gratis