Uno de los peores hoteles que he estado en La Serena.
Desde la habitación se escucha todo de afuera, no se puede descansar. El restaurant cerró antes de las 22:00. Mientras dormía, me dieron ganas de tomar agua, fui abrir el minibar y no había nada, sólo dos vasos y un abridor de latas. Llamé a recepción para pedir una botella de agua y me dijeron que no podían sacar nada del restaurant, pregunte que hacer y me dijeron que vea mañana. La solución, fue levantarme a las 1:20 de la mañana para tomar mi auto e ir a buscar agua a alguna servicentro.
La pieza está llena de pelos, las sabanas antiguas. Los muebles rotos. Una lastima cómo se destruye el turismo.