Lo primero que quiero destacar es la atención del personal del hotel, realmente todos muy muy amables y preocupados.
El hotel es muy bonito pequeño, acogedor, con estilo. Las habitaciones en general son cómodas, yo estuve en La Contestataria, que está inspirada en Mafalda (personaje que además me encanta). Hasta el baño estaba decorado con la temática! Un detalle podría haber sido poner algún libro de historietas de Mafalda como para complementar, pero bueno... No tienen cafetera en la habitación, lo que es un punto en contra en comparación con otros hoteles similares. También me hizo falta un reloj despertador (aún cuando gentilmente me llamaron para despertarme todos los días según les solicité).
No cuentan con servicio de comidas, aunque en el sector hay varios lugares donde se puede ir a comer. Sólo tienen desayuno, el cual estaba bien, pero sin mayor gracia.
Hay un gatito que vive ahi, hermoso y amigable, no invade para nada, pero supongo que quienes tengan alergia podrían complicarse (aunque sólo lo vi una vez en mi estadía, el personal cuida de mantenerlo apartado de los huéspedes). Personalmente para mi fue un plus :p
En mi habitación la cama estaba compuesta por 2 individuales unidas, lo cual no la hizo tan cómoda porque al medio estaba la juntura de ambos colchones. Punto a mejorar. Adicionalmente las puertas son de metal, lo que le da estilo, pero hace muy ruidosos los pasillos y de noche es fácil despertar si otro huesped llega a la habitación en tu mismo piso. Además pasé algo de frio en las noches, aun cuando tienen aire acondicionado, no me gusta dormir con él prendido, y se me hicieron pocas las colchas (claro que tampoco pedí más, así que no puedo quejarme mucho por ello). En general un hotel agradable, pero con puntos a mejorar.