Estuvimos alojados poquito más de tres semanas, realmente queríamos descansar y conocer esta parte de la provincia de Neuquén. Y así lo hicimos.
La hostería es muy acogedora, hay habitaciones planta baja y primer piso. Las del primer piso donde estuvimos nosotros son amplias, cómodas, la ropa de cama y de baño es muy buena, la cama es grande y cómoda.
Hay tele con cable, wifi, calefacción. Teníamos heladera, microondas y pava eléctrica, así como vajilla básica por si se nos ocurría tomar un té o comer algo.
El baño cómodo y calefaccionado. También hay un placard muy grande y cuenta con caja de seguridad para guardar valores.
Nos sentimos a gusto en el cuarto, el servicio fue correcto y las chicas amables.
El desayuno y la cena (opcional) son en el comedor, pequeño pero pintoresco. El desayuno es tipo buffet y se repone constantemente, inclusive notamos mucha flexibilidad en cuanto a los horarios tanto para comenzar a desayunar, como para terminar. Esto nos pareció un punto a favor, no notamos como en otros establecimientos el apuro por levantar todo. Esto está bueno, al menos para nosotros resultó muy importante. Hay café, leche, agua para hacer té, chocolatada, cereales, frutas, medialunas, panes, mermeladas, manteca y quesito untable, jugos variados, jamón y queso y algunas sorpresitas dulces. Consideramos que es más que suficiente para la gente que piensa que el desayuno es importante.
La hostería tiene servicio de restaurante a la noche, hay promos diarias, donde incluyen plato, bebida y postre, y si no se puede pedir a la carta. Hay variedad, tanto para gente que quiere comer algo antes de irse a dormir, o como en nuestro caso, que venimos de andar todo el día y necesitamos una cena completa. Hay pastas, carnes, woks, risotto, empanadas y pizzas, ciervo y trucha. También se pueden elegir algunos vinitos, y hay tragos. El mojito, recomendado. Recomiendo todo en realidad, pero los fideos rellenos de Romina son magnánimos. Oh sí. :) Cenamos casi todas las noches en la hostería y es comida casera y abundante. Y el precio es acorde.
No tuvimos ningún inconveniente, cosa que es raro porque estando tantos días uno ve de todo, pero la verdad es que lo que contratamos fue exactamente lo que recibimos. Destacamos la cálida atención de Gabriela, la paciencia que tiene, y las recomendaciones para ir a conocer algunos puntos en los alrededores. Nosotros somos viajeros muy independientes pero escuchamos todo lo que nos aconsejan y tuvimos buen consejo de Gabriela.
La hostería tiene lugar para estacionar, adentro y en la vereda también, es un lugar tranquilo así que no tuvimos preocupación alguna por el auto, se puede dejar afuera sin problemas.
La pileta cubierta la utilizamos en una sola ocasión, y fue agradable. Esta junto a un parquecito arbolado donde los huéspedes tomaban mate en las tardes, algunos toman sol. No utilizamos más el predio porque anduvimos por todos lados.
Estamos conformes con el servicio y las instalaciones. Con auto es más fácil acceder a la Hostería, nosotros elegimos el lugar porque estaba alejado del centro pero cerca de la ruta.
Tenemos muchísimo por recorrer en nuestro hermoso país, así que tardaremos en volver a Villa La Angostura. De todas maneras, volveríamos a alojarnos en la hostería sin ningún problema, y obviamente dado que tuvimos una experiencia positiva la recomendamos a todos los viajeros que piensen en la Villa para sus vacaciones o escapada, y principalmente a los que busquen tranquilidad, y un lugar como la casa de uno. Muchas gracias Gabriela, Romina por su amable atención y también quisiéramos enviar nuestros cálidos saludos a Mónica. Patricia y Raúl.