Una cena maravillosa con amigos de Ushuaia que no veía desde hace muchísimo tiempo. El garon de cordero, el dúo de merluza negra y cojinova, los postres, todo increíble. La atención perfecta de los cocineros y el recibimiento de Manu. Muy aconsejable.

Queda un poco alejado (no disponible para ir a pie), pero tiene una vista panorámica sublime de Ushuaia y alrededores, y la calidad de la gastronomía es sobresaliente, con precios razonables (no es barato, pero la relación/calidad lo justifica totalmente).

En un ambiente acogedor y con una vista privilegiada de la ciudad y el canal de Beagle degustamos platos de excelente creación. De antemano son sugeridos detalladamente por los camareros y se saborean con la sola explicación. Pedimos vieiras de Chez Manu y ojo de bife , excelente! La sorpresa final fue el postre Fuego sobre el Glaciar, helado de Dulce de leche cubierto con merengue italiano flambeado en la mesa con coulis de frutos rojos y licor de naranja de elaboración propia.

Esperaba más. Menú basado en frutos de mar. Poca oferta de platos. Un restaurante prescindible, queda lejos y no vale la pena

Si bien llegamos y no teníamos nuestra mesa, Manu nos invitó un trago para esperarla en la barra. Seguidamente su sobrina nos entretuvo con trucos de magia y mi hija fascinada prefirió aceptar la invitación y compartir su mesa junto a su mujer e hija. De entrada el huevo poché con hongos insuperable y de principal el cordero en 2 cocciones una obra de arte. La creme bruleé deliciosa. Excelente comida y cálida atención. Volveremos!!