Desde la reservación noté que las políticas del hotel son muy cuadradas y rígidas, y que el servicio no es su fuerte. Pero nada lo prepara a uno para lo que le espera en La Palapa, qué pesadilla! El administrador es un señor amargado e intenta amargarle la vida a sus huéspedes, uno como tico saluda de "buenos días" cuando llega a desayunar, pues todos los huéspedes presentes responden con una sonrisa y un "buenos días" mientras que Manuel no se molesta siquiera en volver a ver. Ofrecen "desayuno" con la tarifa, es un completo ENGAÑO, ya que no presentan opciones, le ponen a uno un plato con gallo pinto horrible, un huevo quemado y un par de pedazos de fruta, todo revuelto en el mismo plato de manera que la piña sabe a frijol, TERRIBLE. Si pides agua te tratan como si cometieras un delito, hay que prácticamente rogar para que te den agua fría en el "desayuno incluído" (los colaboradores nos confesaron luego que la política del administrador es no dar agua a los huéspedes para obligarlos a comprar botellas desechables). El "restaurante" solamente ofrece el horrible desayuno (misma basura cada día) y no abre para almuerzo ni cena, obliga a todos los huéspedes a salir a buscar comida afuera.
Lo más bonito de la propiedad son los jardines, que aunque están medio abandonados y les falta mucho mantenimiento, la naturaleza sigue siendo hermosa. Las habitaciones son otra...Desde la reservación noté que las políticas del hotel son muy cuadradas y rígidas, y que el servicio no es su fuerte. Pero nada lo prepara a uno para lo que le espera en La Palapa, qué pesadilla! El administrador es un señor amargado e intenta amargarle la vida a sus huéspedes, uno como tico saluda de "buenos días" cuando llega a desayunar, pues todos los huéspedes presentes responden con una sonrisa y un "buenos días" mientras que Manuel no se molesta siquiera en volver a ver. Ofrecen "desayuno" con la tarifa, es un completo ENGAÑO, ya que no presentan opciones, le ponen a uno un plato con gallo pinto horrible, un huevo quemado y un par de pedazos de fruta, todo revuelto en el mismo plato de manera que la piña sabe a frijol, TERRIBLE. Si pides agua te tratan como si cometieras un delito, hay que prácticamente rogar para que te den agua fría en el "desayuno incluído" (los colaboradores nos confesaron luego que la política del administrador es no dar agua a los huéspedes para obligarlos a comprar botellas desechables). El "restaurante" solamente ofrece el horrible desayuno (misma basura cada día) y no abre para almuerzo ni cena, obliga a todos los huéspedes a salir a buscar comida afuera.
Lo más bonito de la propiedad son los jardines, que aunque están medio abandonados y les falta mucho mantenimiento, la naturaleza sigue siendo hermosa. Las habitaciones son otra pesadilla... sin amenidades (solamente jaboncillos de hotel de carretera), sin una sola silla o sillón para sentarse, sin un balcón o terraza, mal pintadas y mal decoradas, colchones viejos que se les salen los resortes, ropa de cama manchada y maloliente, toallas viejas y deshilachadas, abanicos viejos y ruidosos, y en general un sentimiento completo de abandono y falta de cariño y cuidado.
No podíamos creer el nivel de falso mercadeo de este hotel, no da nada de lo que promete, se nota claramente que no cuenta con una administración que se preocupe por nada.
Investigando un poco, resulta que el administrador actual, Manuel, pronto va a perder la propiedad pues otra inversionista la está comprando, lo que ha desencadenado en una completa negligencia y "valeverguismo" en cuanto al hotel y el servicio ofrecido.
Lástima, pues la propiedad y jardines se nota que pueden llegar a ser muy bonitos con el adecuado cuidado y mantenimiento.
Conocimos a la futura nueva dueña y compartimos nuestra insatisfacción y preocupaciones con ella, lo que nos dió esperanza de que en un futuro cercano La Palapa esté en buenas manos y recobre la belleza y servicio que se nota alguna vez tuvo.Más
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