La hostería y restaurante están al borde del Lago del Desierto. Tienen cautivo a todo el público que va al lago a navegar, a los pescadores y a quienes hacen el sendero para ver el glaciar Huemul. Les caen los clientes del cielo, y no hacen más que expulsarlos. La enorme mayoría de la gente va en una combi con el tiempo justo para hacer las actividades y comer, pero el restaurante no ofrece ninguna opción rápida de comida. Cancelé mi pedido cuando habiendo pasado casi el doble del tiempo indicado, una mujer reclamó que hacía 40 minutos estaba esperando un chocolate caliente y le contestaron que había una sola persona en la cocina. Detrás mío, por supuesto, un aluvión de cancelaciones de la gente que si esperaba perdía el regreso, como que en el restaurante conocen perfectamente porque me preguntaron a qué hora me iba.
La oferta del menu era limitada (empanadas, pizza, guiso de lentajas y algo más), pero mucho más amplio de lo que pueden abarcar. Es inexplicable que no hagan únicamente un par de cosas (empanadas y lentejas, por ejemplo), fáciles de calentar y que podes servir en minutos.