Si vas a ir comerás rico y fresco, pero considera bastante tiempo porque podría tardarse más de lo que acostumbras.

Llegamos y esperamos cerca de 10 minutos para que la señora se acercara y nos dijera que había 3 opciones: lomo de vacuno, sierra y salmón y podía ser con papas fritas, arroz o ensalada mixta. No tienen carta, por lo que nos enteramos de los precios al pagar ($54.000 por 4 platos de fondo, 1 cerveza, 3 jugos y 2 bebidas en lata) El problema mayor fue la espera. 1 hora después que pedimos recién llegaron los platos, considerando que no era a la carta, imaginábamos una demora mucho menor.
Había solo una señora tomando los pedidos, preparando los jugos, sirviendo y cobrando. A los 30 minutos, se incorporó una mujer más joven a ayudar.
El pescado y la carne estaban buenos, las papas fritas normales, la ensalada moderada.

Comida sabrosa en medio de la nada. Platos muy grandes y bien preparados. No tiene carta sino que 5 platos muy buenos, de pescados y carnes.

Llegamos y no habia carta. Nos dijo me quedan dos centollas... Y eramos 6. Nos tuvimos que ir, realmente pesina atención y pocas ganas de mejorar, para ser un pueblo de paso deberian estar mas preocupados.

La cena aquí estuvo deliciosa. Recomiendo absolutamente el mosqueta sour y el pastel de centolla, aunque en algún momento sentí que la pimienta era mucha, la sensación general del plato fue espectacular. Es central y los precios son como cualquier restaurant que ofrece ese tipo de comida. Al llegar, encendieron la estufa para hacernos sentir más a gusto