Vengo a este hotel al menos año por medio con mi familia. Una vez más hemos salido muy contentos con la experiencia.
Se trata de un hotel pequeño y atendido por una familia, con un trato muy cálido. Tienen estacionamiento privado, las habitaciones son cómodas e impecables y el desayuno es exquisito, con fruta, panes, yoghurt, granola y variedades de kuchen hechos en casa. Tienen calefacción central. El wifi funciona muy bien.
La ubicación es céntrica, a menos de 5 minutos a pie de la plaza principal, donde hay restaurantes y buenas tiendas. El hotel es muy tranquilo y silencioso.
Siempre nos quedamos en la habitación familiar que, aunque pequeña, esta vez notamos que fue remodelada.
Este año vimos también que ofrecen servicio de lavandería y, si bien no tienen restaurant propiamente tal, tienen cómodas mesas y ofrecen preparación de sándwiches y hamburguesas, entre otros.
Se nota que ponen mucho cariño en la mantención de este hotel. Esperamos poder volver pronto a hospedarnos de nuevo en él.