Increíble hotel. Está ubicado en un entorno maravilloso, lleno de árboles, naturaleza y con una tranquilidad impagable. Es un lugar perfecto para descansar y desconectarse. Las instalaciones están muy bien mantenidas, con habitaciones cómodas y muy limpias. Además posee cabañas para grupos de más personas. Ahí mismo pueden coordinar transfer desde/hasta el aeropuerto de balmaceda, además de algunos tours disponibles. El desayuno está bien y cumple, pudiendo encontrar fruta, cereal, queque, pan, queso, jamón, sálame y huevo, y para beber té, café, leche, jugo e infusiones de hierbas. También hay un restaurante, pero hay que preguntar qué platos hay disponibles para la cena, dado que no hay una carta fija. La gente que trabaja ahí se esmera en que uno se sienta cómodo y esté contento en el hotel. Yo viajé solo y siempre estuvieron preocupados de que mi estadía fuera agradable. Quiero agradecer el gran trabajo de ellos, especialmente de Felipe por responder todas mis preguntas e incluso llevarme a un tour por unas cascada y un bosque maravilloso, a Danahe por su amabilidad y también a Alejandra que se encargaba del desayuno, todos ellos hacen un muy buen trabajo.
Los únicos puntos que creo que podrían mejorar (pero que no afectan lo bueno del hotel) son dos: primero, la aislación acústica de las habitaciones, ya que me tocaron dos vecinos que golpeaban cosas bien entrada la noche y eso se escuchaba y fuerte, incluso me despertaron un par de veces. Quizás una buena alternativa, si es que no se puede arreglar, sería indicar en una especie de reglamento que esos ruidos no deben realizarse en la noche, porque interrumpen el descanso de los demás huéspedes. Y el segundo punto, es la coordinación de los horarios de los tours, ya que algunos de ellos son en sectores donde no hay señal de teléfono y no hay como comunicarse, creo que una buena idea sería que contaran con radios para ello.
En resumen, es un excelente hotel, muy agradable y con un entorno perfecto para descansar, relajarse y pasar unos días muy tranquilos.