Fuimos con mi pareja en febrero de este año a Chiloé y nos quedamos en estas cabañas. Están en pleno centro de Castro (como su nombre lo indica) lo que hace muy fácil moverse para las personas que no vamos en vehiculo. El precio/calidad es bueno, son de madera, muy acogedoras y cómodas. Tienen hervidor, horno microondas, al menos las nuestra no tenía frigogar o refrigerador (lo que es un poco incomodo si quieres tener cosas que requieren refrigeración). Son tranquilas, sin mucho ruido para descansar. La dueña es muy amable y el señor que cuida en el día, también lo es. La cama estaba con sábanas limpias (detalle importante !!). Lo único que les recomendaría mejorar, es el tema de el papel higiénico, no se preocupan en reponerlo. Pero dentro de todo, es un buen lugar para quedarse.