El resort está muy bien ubicado para disfrutar la playa todo el día. El servicio es muy bueno, las tumbonas y toallas son sin cargo, las sombrillas se pagan u$s 18 por día, arena blanca y fina como el talco. El mar es muy tranquilo, realmente muy buena opción de playa. Lleven repelente para insectos ,a la playa se llega por un sendero precioso entre manglares.Las habitaciones impecables , como la reposición de una botella diaria de agua para cada huésped, té y café . Tiene heladerita en cada habitación. El inconveniente que encontramos fue la concierge, quien no habla español, nosotros si pero aún así no se sintió inspirada a asesorarnos para nada, la propina en mano hubiera sido inspirador tal como vimos despues en un americano....y el sector administrativo deja bastante que desear, 24 hs antes de irnos nos mandaron un aviso que nos desactivaban las tarjetas de ingreso por un cargo rechazado de la tarjeta de crédito , con sorpresa fui a verificar , le di otra y lo solucionamos pero... el joven Ben se olvidó de registrarlo y esa misma tarde me volvieron a avisar que no podría ingresar .... pero qué pasó? Me estaban cobrando parking de un auto que nunca existió , gracias a mi enojo por lo que estaba pasando que controle todos los cargos , tenía algo más de u$s 250 que no me correspondían abonar. Genia la mexicana que está a cargo del Room Service , ella si nos ayudo a elegir restaurantes y actividades , capaz que la administración debería pensar en qué tal vez sería una buena concierge para los hispanoparlantes.