Me encantó. Me alojé en una de las suite que tienen una vista HERMOSA! La habitación tiene unos ventanales enormes y además un balcón frente al mar, me encantó muchísimo. Me fui enamorada de San Andrés. La chica que nos atendió la mayoría de las veces en la recepción es un amor, la verdad no le pregunté el nombre pero fue la más destacable (una chica flaquita de pelo oscuro y rulitos, siempre nos decía "listo?" con una voz muy agradable ).
Al principio se equivocaron y me dieron una habitación menor a la que había pagado, pero cuando comenté la situación me lo arreglaron en un segundo.
El desayuno rico, algunos días hubo una persona preparando huevos revueltos en el momento (no fue siempre, pero de diez días aprox que estuve en el hotel, tres los prepararon en el momento, estaría bueno que fuera todos los días!).
Me parece que las sábanas no las cambian todos los días, (quizás esto sea un punto relevante para alguien que me esté leyendo), las toallas si las cambian!
Las instalaciones son lindas. El personal es muy amable.
El WiFi no anda del todo bien, al menos al piso 10 & 11 no llegaba demasiado (tampoco pude usarlo demasiado mientras desayunaba y en la recepción generalmente andaba pero a veces tampoco lo hacía), se conecta, se desconecta, anda, no anda... Yo me compré un chip colombiano y no lo sufrí tanto.
Lo mejor es que te guardan las valijas hasta la hora del check in. O si tu vuelo sale más tarde que el check out también te dejan guardar las valijas! (no sé si te dejan usar las instalaciones, yo dejé mis valijas y me fui a comer al centro de San Andrés).
Está cerquita de la playa principal y del centro (aprox 3/4 cuadras). Iba y venía todos los días. Me dijeron que era muy segura la zona y así fue, no había problema en volver a la noche después de comer.
Definitivamente volvería a este hotel (vi malos comentarios, pero en mi caso todo fue PERFECTO o casi)