El hotel es bonito, las habitaciones están bien pero no son la octava maravilla. Respecto al desayuno un desastre con la excusa de la COVID, nos racionaron la cantidad de queque que podíamos comer, inaudito. Nos despertó una jauría de perros por la noche a las 2 de la mañana, algo que en un hotel así no debería ocurrir. O si ocurre no deberían esperar a que llamara alguien a quejarse. En definitiva, íbamos por una recomendación y no pensamos recomendarlo. Para el precio la calidad de la estancia no está a la altura. El restaurante está bien atendido, el personal se preocupa y ayuda.
- Wi-Fi gratis
- Estacionamiento gratis