Un lugar escondido en la región del maule. Es un hotel que tiene sólo 5 habitaciones por ende hace que el servicio sea mucho más personalizado, tiene un personal muy amable que se dedica 100% a los huéspedes, a complacerlos y hacer de la estadía un lugar agradable...
La persona encargada María Jesús es un amor de persona junto a todo el personal.
La comida es gourmet muy bien preparada y sus vinos excelentes.
El precio vale totalmente.
Lo único que mejoraría es destacar bien los servicios que incluye, ya que sentimos que no disfrutamos 100% todo. (no sabíamos claramente cuantas veces al día podíamos pedir el snack, si los vinos estaban o no incluido en la cena)
Lo recomiendo totalmente para alguien que quiera desconectarse, estar en un lugar tranquilo para descansar y ser atendido sin tener horarios tan establecidos de las comidas, ya que se acomodan totalmente al cliente.