Fuimos a este apart hotel por un fin de semana en familia para relajarnos y salir de todo el estrés de Santiago.
Lo que empezó como un buen paseo, ¡terminó en un desastre!
Nos dieron una habitación que estaba al lado de la recepción, y en la noche el hombre que cuidaba fumaba como chimenea y todo el humo entraba a nuestra habitacion aun con las ventanas cerradas, y para colmo, parece que estaba aburrido así que invitó a otras personas, amistades suyas aparentemente, a recepción y pusieron música a todo volumen, no dejando descansar.
Obviamente fuimos en ese instante, a las dos de la mañana, y le dijimos que nos molestaba profundamente ya que nosotros ibamos a descansar, nos respondió con actitud prepotente y no nos quisieron devolver el dinero que pagamos por la noche que no usamos.
A la vuelta de Santiago, en el peaje Zapata nos quedamos en panne, y nos quedamos ahí hasta las siete de la mañana del dia siguiente porque la grúa del seguro que contratamos no apareció nunca. Si bien, ese es un problema aparte, no hubiese ocurrido de no ser por la poca atención que se nos dio en el Apart Hotel Duna del Mar
Nunca voy a volver