Vacaciones ultima semana de agosto. Fiestas de Mojácar, el pueblo a tope. Y tuvimos la suerte de encontrar mesa en este sitio , eso sí, dentro, en la terraza imposible. Los camareros súper simpáticos y amables. Para los niños les pusieron unos lápices de colores y una hoja para dibujar nada más llegar. Cosa que los padres agradecemos para que se estén quietos y por lo menos pedir tranquilos. Podría extenderme en describiros la comida, la original carta de vinos, la decoración del local...Cenamos de lujo en un sitio encantador y a un precio razonable, en un pueblo maravilloso. Si vuelvo a Mojácar, vuelvo a La Candela.