He ido en varias ocasiones y la verdad es que siempre he tenido muy buenas experiencias, el local es bonito y simple sin grandes detalles, servilletas y mantelitos de papel y alguna cosilla más que se me escapa pero que se ve rápidamente compensadas por la ubicación y orientación del local que esta a primera línea de mar. En cuanto a la comida debo decir que todo lo que he probado ha sido siempre muy bueno, recuerdo una mini cata de aceites que te ofrecen nada más sentarte que no es gran cosa pero que agrada junto a unos mini vermouth negros con una aceitunita en forma de aperitivo que combinado a las vistas de la terraza y al sol de mediodía nos hizo estar en la gloria, los huevos rotos con chipirones muy logrados y elaborados con mimo y un arroz negro con un gran sabor, en su punto y simplemente delicioso, el servicio amable y atento y el precio se adapta a lo que viene siendo la playa, volveré a por el arroz negro sin duda.