Bien, me explayaré para comentarles ya que es segunda vez que visito este maravilloso lugar. La primera vez que fui, fue hace casi 3 años con una amiga, el lugar te abstrae del entorno gracias a su mágico jardín bien abundante, con hamacas para invitarte de lleno al relajo, se rescata mucho mucho el poco ruido exterior, solo escuchas el viento, y una pequeña acequia que corre por al rededor... cuando estuve con mi amiga conocí varias personas extranjeras, por lo que el concepto del hostal es tener gente de paso o parejas y en su mayoría extranjeros, en esa oportunidad fui en Enero, lo pasé increíblemente bien, la tarifa (muy conveniente) incluye desayuno, que es una bandeja con un poco de cereales, un yogur, un pocillo con mantequilla, otro con mermelada, y una marraqueta, bastante bien considerando que ademas se cuenta con cocina y puedes prepararte lo que quieras (debes dejar limpio cada vez que usas la cocina), los baños son compartidos y las duchas también, y siempre están limpios. Bien, por todas las razones anteriores es que ahora esta ultima semana de Octubre decidí volver, pero principalmente lo decidí porque es uno de los pocos lugares en donde NO se reciben niños, si, exacto, hay lugares que son familiares y también hay lugares que para alcanzar el climax en lo que a descanso se refiere, no reciben niños, pero para nuestra desgracia había una pareja con dos niños, uno de 4 (hiper mega plus inquieto y ruidoso) y otra un poco mas grande (ultra hiper gritona), cuando los vi me chocó de inmediato no porque fueran niños, si no porque el lugar esta orientado a otro concepto, que no es familiar. Los niños pasaban con el teléfono en la mano (el pobre recurso de los padres para mantener a sus hijos quietos) a todo volumen, corrían y gritaban a la vez ... y la madre y el seudo padre no hacían nada por evitarlo, así que desde ese punto de vista fue bastante molesto e incómodo para nosotros la situación. Hice mi respectiva queja al dueño, el muy amablemente me comentó que efectivamente en la hostal no se reciben niños pero que tuvo que ser flexible ya que lo han tachado de "discriminador de niños" y a su vez la madre de éstos en particular fue muy insistente en querer ir y alojarse en la hostal. Conclusión, el lugar es una maravilla, orientada a un alojamiento de paso, NO familiar, para parejas o si andas solo... si tienes familia e insistes en ir lo mas probable es que el dueño te reciba pero lo único que lograrás es incomodar al resto de los huéspedes, como me pasó a mi, yo iba a descansar y a dormir entre otras cosas, y fue super molesto despertar con las canciones de pepa pig. El dueño y Elena (la sra que prepara las bandejas de desayuno) son un amor, e insisto que el lugar es absolutamente ideal para relajarse y descansar. Yo a pesar de esta situación excepcional volvería a ir sin ninguna duda :)