Cada año nos desplazamos a Cascia para hacer una visita al Santuario de Santa Rita por una promesa de hace ya 15 años. Y El Cursula es, siempre que ello es posible, nuestro alojamiento. En los últimos años las habitacions han sido renovadas lo que hace la estancia en el hotel muy agradable. El trato de todo el personal es muy atento.
El restaurante ofrece unos exquisitos platos, con ingredientes de primera calidad, básicamente de la zona. Si se hospedan en el Cursula, no dejen de comer o cenar en él. Merece la pena.Más
- Wi-Fi gratis