Es una verdadera lástima que teniendo unas instalaciones como las que tienen en un enclave maravilloso, contraten a personal arisco, antipático y que no hablan ni una palabra de español e inglés.
Nos recibió una señorita de raza asiática, nada sociable ni agradable la cual, nada más llegar, lo primero que nos pidió fue el DNI y el dinero de la reserva, antes de nada hay que cobrar. Después nos dice que viene un compañero suyo para llevarnos a la habitación. Llega un chico, también asiático que, mediante señas nos guía el camino. Vamos en coche, aparcamos y nos llega a la habitación, nos suelta allí y se va. Le pregunto alguna cosa, me dice que no habla español, le pregunto que si habla inglés, me responde que sí, le hablo en inglés y no tenía ni idea.
No nos recibieron, no nos facilitaron la llegada, no nos explicaron nada, ni la zona, ni los servicios, ni actividades... en fin, NADA. Tampoco nos explicaron que servían desayunos y comidas en el restaurante de Doña Efigenia, por cierto lo único que puedo recomendar de este lugar, pero sólo para comer, el desayuno es un despropósito en el que te traen pan sin tostar porque no le has dicho que quieres la tostada tostada, así que la traen cruda.
Tuvimos que pedir por favor que nos cambiaran las toallas porque nos alojamos una semana y no tenían intención de hacerlo. Después de...Es una verdadera lástima que teniendo unas instalaciones como las que tienen en un enclave maravilloso, contraten a personal arisco, antipático y que no hablan ni una palabra de español e inglés.
Nos recibió una señorita de raza asiática, nada sociable ni agradable la cual, nada más llegar, lo primero que nos pidió fue el DNI y el dinero de la reserva, antes de nada hay que cobrar. Después nos dice que viene un compañero suyo para llevarnos a la habitación. Llega un chico, también asiático que, mediante señas nos guía el camino. Vamos en coche, aparcamos y nos llega a la habitación, nos suelta allí y se va. Le pregunto alguna cosa, me dice que no habla español, le pregunto que si habla inglés, me responde que sí, le hablo en inglés y no tenía ni idea.
No nos recibieron, no nos facilitaron la llegada, no nos explicaron nada, ni la zona, ni los servicios, ni actividades... en fin, NADA. Tampoco nos explicaron que servían desayunos y comidas en el restaurante de Doña Efigenia, por cierto lo único que puedo recomendar de este lugar, pero sólo para comer, el desayuno es un despropósito en el que te traen pan sin tostar porque no le has dicho que quieres la tostada tostada, así que la traen cruda.
Tuvimos que pedir por favor que nos cambiaran las toallas porque nos alojamos una semana y no tenían intención de hacerlo. Después de estar en zonas de playa y hacer rutas de senderismo, lo normal es que al ducharte ensucies algo y, aunque la chica de la limpieza fue muy agradable y nos echó una mano, la normativa del alojamiento deja mucho que desear. Además, nos dejaron DOS SOBRES de gel para 7 días. En fin, un despropósito.
En cuanto al aparcamiento que publican tener, es más bien un tetris en el que tienes que buscarte la vida cuando llegas después de cenar. Aparcar en medio de la cuneta de mala manera es la única opción que queda.
También quiero comentar que la cama de nuestra habitación estaba rota, la primera noche tuve que dormir medio doblado porque se rompió y allí a las 19:00 desaparece todo el mundo, por lo que si tienes cualquier problema te tienes que buscar la vida. También nos tocaron "vecinos" ruidosos pero claro, si no hay nadie, ¿quién se ocupa de que se respeten las normas de convivencia en el alojamiento?
Lo único reseñable de estos apartamentos es la comida que dan en el restaurante. Totalmente vegetariano, rico, abundante y a buen precio.
Por todo lo demas, lo que decía al principio, una lástima.Más
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